sábado, 12 de julio de 2008

TORO DE ESPAÑA




Joven torillo en tus dehesas
sin más que azules y verdores.
Negros de España mis astas embestían,
recios jinetes me domaban.

Con ojos inocentes irrumpí en la plaza
buscando al sol por los tendidos altos.
Hombres brillantes pinchaban mi hermosura.
Un capote se arrastraba en el albero
y un florón de banderillas se abrieron en el aire.

La gente gritaba en graderías.
¿Por qué piden mi vida?
Exacerbada en la plaza crecía la libido.
Estaban las mantillas ya en mi duelo.
Mi sangre remedaban los claveles.

Me mataron con un estoque escondido
en la muleta escarlata.
Al acabar conmigo sonó música y palmas.
Un pasodoble fue mi marcha fúnebre.
Hoteles se llenaron de amazonas,
cronistas celebraban mi exterminio

Con indomable brío juvenil entré a la plaza.
Salí arrastrado por mulas subalternas,
rígidas mis patas, el belfo espumeante.
Un reguero rojo oscuro
rubricaba mi muerte por el ruedo.
Ufano pasea el matador mi sangre en su capote.

Lo importante es bien matar en España.

3 comentarios:

Guardiana de la Vega dijo...

Mejor no se podría haber descrito el martirio y sacrificio de un bello animal, para disfrute de gente que siempre aduce:"el toro no sufre".Yo contesto:"si a ti te hicieran lo mismo,¿no sufrirías?"
El poema es perfecto.Un beso.

dominique dijo...

Un bello poema homenaje a una bella bestia...¡Qué tristeza pensar en las personas que disfrutan viendo el martirio de otro ser vivo...! Me recuerda lo que dijo Saramago: si disfrutas con la tortura eres un monstro. ¿Hasta cuándo existirán?
Abrazos.

MARIA ÁGUILA BOGE dijo...

Querida Dominique: Ese torillo indefenso fue mi niñez y juventud. Abrazos.